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SOLTAR... una moda que se impuso y agradecemos.



    Quien no quedo atrapado alguna vez en una relación emocional que lejos de hacernos bien nos dañaba y aun sabiéndolo no tuvimos la fuerza suficiente para salir de ella?
     Me atrevería de decir que no debe existir tal persona, porque somos humanos y esto es en esencia lo que nos distingue del resto de las especies, ya que no hay otra o al menos no la conozco, que permanezca cerca de una amenaza, de un riesgo o un daño a la integridad de su supervivencia.

  Tendemos a repetir estas conductas. Nos cuesta aceptar, nos cuesta romper esquemas armados en nuestra primera infancia, nos cuesta salir de laberintos mentales que involucran al corazón en donde nuestros sentimientos nos engañan, nos ciegan o nos hacen débiles, inseguros y vulnerables.

  Muchas veces esta conmoción interna está en relación a un insano vinculo con nuestros padres. Esto nos marca, estos nos envuelve muchos años y si tenemos fortaleza suficiente salimos adelante , dejando algo de nosotros mismos en el proceso, pero se logra emerger ileso, salimos a los tirones cuando ya tenemos madurez suficiente para comprender, analizar, cuando aprendemos a queremos lo suficiente para cuidarnos.

  Somos humanos y por eso en ocasiones no podemos alejarnos de amores que matan, que asfixian, que enferman. No podemos alejarnos de amores no correspondidos, amores desamorados que intoxican al punto de creer normal lo que es ilícito, amores que nos envuelven en trampas y mentiras, indecisiones, egoísmos y en promesas que anuncian un cambio que nunca se producirá.

 Cuantas veces quedamos enredados en vínculos que en las voces de nuestros propio silencio nos gritan que nos hacen mal y aun así volvemos a intentar, desoyendo lo que afirma nuestra razón y alimentando una esperanza porque duele aceptar.

  Quedamos enmarañados en amistades tóxicas y  no sinceras, círculos laborales en donde unas pocas personas dominan de modo desfavorable nuestro espíritu y aún sabiéndolas personas de paso y circunstanciales les otorgamos el poder y un rol protagónico que nos conduce a malos momentos.

 Y así es, que en el amor, la familia, los amigos, el trabajo y en muchos tipos de lazos emocionales, solemos aferrarnos a realidades inconsistentes, que solo habitan en nuestra ilusión y deseo, la distorsión de lo que es y lo que vemos o creemos ver nos confunde, nos obnubila y nos atrapa en una intersección de dudas, miedos y angustias. Todo eso habita en un espacio virtual de nuestra mente, entretejemos suposiciones y una ficción sin fin de la cual se dificulta salir.

 Ocurre que un día y de manera fortuita o intencional podemos posicionarnos en un mirador desde el cual podemos vernos a nosotros mismos. Desde allí contemplamos lo ajeno de nosotros. Advertimos otra historia, la real y verdadera, esa que no queríamos ver o no podíamos porque se interponía el vidrio esmerilado de la angustia, el miedo y el enojo.

  Es entonces ese mismo día y desde ese mismo mirador en donde nos observamos desde lejos. Ese día comienzan a caer una innumerable cantidad de piezas que se acomodan espontanea y naturalmente en donde siempre tuvieron que estar. Ese día nos vemos y nace la consciencia de que no merecemos seguir ligados a situaciones o personas que desgastan nuestra vida, que entorpecen, que dañan aun llamándose amigos, amores, compañeros o diciendo cuanto nos quieren.

 Ese día llega siempre y más de una vez, sólo que a veces lo evitamos, lo ignoramos y luchamos contra todo, porque la confrontación de nuestras emociones nos paralizan, allí mismo en donde la inseguridad, el amor propio, el temor a no ser amados, el dolor y la esperanza colisionan de repente y decidimos de manera inconscientemente consciente que no queremos ver la realidad, o no podemos aún.


Afortunadamente siempre podemos elegir y surge una nueva posibilidad de decidir, escucharnos y despegar de ese círculo enfermizo, encontrando aire puro y fresco con el aroma de la flor que más nos gusta, ese  aire que nos renueva y nos enseña que merecemos más que personas o historias virulentas, comenzamos a limpiar nuestro corazón y allí comienza la sanación de nuestro espíritu.

 Es mi sensación o al menos lo fue en mi camino, que el paso siguiente a escucharnos es el perdón. Perdonar al otro y a nosotros mismos por no cuidarnos. Esa amnistía parece primordial para comenzar a recobrar la paz y así luego poder liberarnos. Exonerar a quién nos lastimó y a nosotros en un acto privado e intrínseco en el que solo nosotros mismos participamos, es el modo de apartar rencores y oscuridad para dejar asomar la luz y todo lo bueno que trae reconciliarse con el pasado y uno mismo. También es un acto de valentía y que podemos dar desde la humildad y la aceptación. Lo hecho hecho está, lo dicho ya se dijo y lo que pasó es incambiable. Lo que otros hicieron no debe estar en nuestro balance y arrepentirse de lo que hicimos nos hace crecer.

 Las personas somos seres con revueltos desniveles emocionales, pero si algo nos define como humanos es que siempre podemos soñar, podemos atrevernos a recomenzar, a mutar y establecer quien queremos ser.

Si alcanzamos ese estado profundo de reconciliación todo fluye rápidamente y sin más planificación, ya no queda nada más que hacer, solo despegar ... soltar ... de eso se trata.

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 - LETTING GO... a trend we are grateful to -

     Who hasn't been trapped in a relationship that makes us no good but hasn't been strong enough to leave it?
     I'd dare to say there's no such person, because we're human and this is what distinguishes us from the rest of species as there's no other, at least not that I know of, that stays near a threat, danger or harm when it's about survival. 
    We tend to repeat these behaviors. It's hard for us to accept, break the models from our childhood, get out of our mental mazes that involve our heart where our feelings trick us, deceive us and make us weak, insecure and vulnerable. 
   Most of the times, this internal conmotion is due to our bond to our parents. This leaves a mark on us, it wraps us for years and, if we're strong enough, we move on. We might lose something of ourselves in the process. But if you manage to emerge unscathed, we comprehend and analize. 
   We're human. We're human so sometimes we can't let go certain loves that kill and sicken us. We can't let go unrequited loves and loves that involve traps and lies, selfishnesses and unkept promises. 
   How much times do we end up tangled in relationships that, deep down, we know that are bad for us but we still try, ignoring our common sense and feeding our hopes because it's hard for us to accept. 
  We end up enmeshed in toxic and insincere friendships, business circles where a few people dominate our spirit unfavorably and even knowing them people passing and circumstantial grant them the power and leading role that leads to bad times.
   And that's how it is. In love, family, friendship, work and lots of other emotional relationships, we tend to hold on to uncouncious realities that just life in our ilusion and desire; the distorsion of what we believe that is real and what we see. It all lives in a virtual space in our mind, in a fiction really hard for us to abandon. 
   It happens one day and accidentally or intentionally can position ourselves in a viewpoint from which we can see ourselves. From there we contemplate the alien from us. We warned another story, the real and true, that we did not want to see or could not because the frosted glass of anguish, fear and anger stood.
    It is then that same day and from that viewpoint where we observe from afar. That day begin to fall countless pieces are arranged spontaneously and naturally where they had to always be. That day we are born and the awareness that we do not deserve to continue linked to situations or people wearing our life, hindering, damaging even calling friends, lovers, colleagues or saying how much like us.
   That day comes provided more than once, just that sometimes we avoid it, we ignore it and fight all because the confrontation of our emotions paralyze us, right there where insecurity, self-esteem, fear of not being loved , pain and hope collide suddenly and unconsciously consciously decided we do not want to see reality, or we cannot.
   Fortunately, we can always choose from and a new possibility to decide, listen and take off the sickly circle, finding pure and fresh air with the scent of the flower we like arises, the air that renews us and teaches us we deserve more than people or virulent stories, we begin to cleanse our heart and there our spirit healing begins.
     It is my feeling or at least it was in my way, the next step is to listen forgiveness. Other and forgive ourselves for not looking after us. That amnesty seems essential to begin to regain peace and so then to free ourselves. Exonerate who we hurt and us in a private and intrinsic act which only ourselves participate, is the mode aside grudges and darkness to leave show the light and all the good it brings reconciliation with the past and oneself. It is also an act of courage and we can give from humility and acceptance. What's done is done, what has been said has been said and what happened is unchangeable. What others did should not be on our balance sheet and regret what we did we make us grow.
     We people are emotional beings with scrambled slopes, but if something defines us as humans is that we can always dream, can dare to recommence, to mutate and establish who we want to be.
If we reach the deep state of reconciliation everything flows quickly and without planning, there is nothing else to do, just drop off ... ... that it is.

Comentarios

  1. Dra: Que decir.. Siempre con esa claridad y sencillez de corazón. Mis palabras acá sobran, solo agradezco este espacio para leerla.
    Saludos.

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